martes, 22 de octubre de 2013

LAS DOS CARAS DEL COMERCIO EN EL CENTRO DE IBAGUE


Los trabajadores informales  comercializan  en cualquier espacio público sin ajustarse a la normatividad legal obligatoria  de un local o establecimiento  debido a que la mayoría venden en la comodidad de puestos techados, otros lo hacen simplemente al aire libre sentados al lado de una canasta o una manta que muestre su mercancía. La tendencia entre lo que se vende y lo que se compra, algún producto o servicio, es el uso de dinero totalmente en  efectivo sin intervención de algún tipo de factura o soporte de venta. De igual manera, en este sector de la economía urbana las operaciones mercantiles son unipersonales y emplean en función de sus necesidades la mano de obra no remunerada de sus propios familiares. 

En Ibagué, la economía informal  toma fuerza por la acción comercial de una amplia población con un nivel académico modesto, en la mayoría de los casos, pero con  la tenencia de un capital- no lo suficiente para constituir un negocio formal-, y porque en la búsqueda constante de una oferta laboral legal se encuentran  es con la falta de oportunidades de contratación, y si las hay, la remuneración es precaria y el número de horas de trabajo abundante. Por estos elementos causales deciden irse al espacio público urbano a exhibir la prestación de un servicio, la oferta de un producto de alta demanda o un producto de su propia elaboración, quedando listos para vender.  Sin embargo, esta modalidad de trabajo no cumple con los requerimientos mínimos del derecho del trabajador, como por ejemplo un seguro social, fondo de pensiones, riesgos profesionales, cesantías; tampoco pagan un arrendamiento, servicios públicos e impuestos.

Esta distribución genera ingresos modestos a las familias y les permite enfrentar las necesidades más urgentes del núcleo familiar, que en muchos casos dependen de solo una entrada económica.

Para mirar el impacto económico y político y la situación  real, se tomó una muestra de diversos puntos de vista sobre el trabajo informal en Ibagué entrevistando a las partes involucradas en este tema,  ubicadas en la carrera 3ª entre calles 14 y 15. En primer lugar se entrevistó a un trabajador informal, posteriormente a un comerciante formal que tiene su local con los requisitos de ley, luego se entrevistó al comandante de la policía de ese cuadrante para terminar con un funcionario de la secretaria de espacio público. Estas entrevistas se hicieron con el ánimo de conocer el trabajo informal desde todas sus perspectivas, para tener una idea más clara de este fenómeno que ha ido creciendo en los últimos años en la ciudad.

El día jueves 10 de octubre de 2013 siendo las 10.30am nos entrevistamos con Carlos Vargas, trabajador informal de la calle 15 con carrera 3a.  Ofrece al por menor navajas, correas, matamoscas, pulseras entre otros artículos para el hogar. Lleva en este sector aproximadamente 7  años mientras que en el comercio informal lleva aproximadamente 37 años. Vargas se identifica como un trabajador informal y no como un vendedor ambulante debido a que se encuentra ubicado en un punto fijo y porta un carné llamado “confianza legítima” expedido por la alcaldía en el año 2004 y  que lo certifica como trabajador informal en espera de reubicación, dicho documento lo autoriza para vender su mercancía en las calles y no en las carreras. Al preguntarle al señor si alguna vez había tenido un local comercial, él respondió: “ya nos habían ubicado en la 19 con 3a, en un centro comercial llamado “Invicto” pero tuvimos que salirnos porque ahí no se vendía nada por tal motivo todos los vendedores tuvimos que salir de allí y volver a las calles mientras venden ese centro comercial y compran un edificio en una zona más céntrica (entre calle 12 y 15)”.

Carlos Vargas  ha educado y actualmente paga estudios superiores para sus hijos con el esfuerzo y dedicación a esta modalidad de trabajo; reconoce  que sus hijos le colaboran en las temporadas como diciembre o mitad de año, que en promedio gana 20.000  pesos diarios, aclarando que existen días de mayor venta como las quincenas y los primeros 5 días de cada mes.

Alrededor de las 11:20 am, nos dirigimos al negocio “El bombazo” ubicado en la calle 15 con carrera 3a.  En la conversación  con la propietaria, la señora Esperanza Hernández, le preguntamos acerca del tema de los trabajadores informales y qué opinión tiene acerca de ellos; la señora nos argumentó “los trabajadores informales nos afectan, en cantidad porque nosotros tenemos que pagar impuestos, muchas cosas que los vendedores de la calle no pagan: arriendo, deudas, empleados, impuestos de IVA; entonces aprovechan esta situación para dar los productos a menor precio, no sé cómo hacen para dar esos precios si a nosotros no nos sale a ese valor, engañan a la gente diciéndole que son productos de marca cuando en realidad no lo son, cambian las etiquetas de la presentación”. La señora Esperanza indica que ante estos acontecimientos que ocurren por los trabajadores informales se ha hablado con la Alcaldía y la Gobernación pero a ellos “le ha quedado grande esta tarea, pero sí cumplidamente debemos seguir pagando impuestos y demás obligaciones que nos competen”.

Entrevistamos a uno de los funcionarios de la Secretaría de espacio público, que se identifica con su carné y un chaleco azul oscuro; ellos son los encargados de llevar a cabo los operativos de control del espacio público, le formulamos varias preguntas, en las cuales nos aseguró el rol que ellos cumplen para cuidar y proteger el espacio público.  Nos dijo que “hay un decreto en el que se estipula que los trabajadores informales no se pueden ubicar en un punto fijo, ya que imposibilitan el paso de las personas y que por ende su manera de trabajar debe ser circulando por este sector y estos trabajadores solo pueden estar en un tiempo máximo de cinco minutos, cuando se genera este desorden por el no cumplimiento de esta norma es donde nosotros como encargados de velar por el espacio público les hacemos operativos preventivos que son una advertencia para que cumplan estas normas, si al tercer llamado hacen caso omiso a esto se les incauta la mercancía que en el momento tengan en su poder y se les hace un acta de incautación y luego el director decide si se le entrega al dueño, se dona a la fundación Divino Niño y albergues o en caso tal se pierde dicha incautación”.

Finalizando obtuvimos la entrevista del comandante de la policía del cuadrante de la carrera 3ª entre la calle 10ª y 15 donde nos indica “que ya se tiene un mayor control del sector peatonal de la zona céntrica de la ciudad de Ibagué, debido a que desde el año pasado se hizo una recuperación del espacio público ya que no se podía transitar por el exceso de los trabajadores informales o más conocidos como vendedores ambulantes, se reubico a estas personas, indicándoles que pueden trabajar en las calles detrás de la valla de la policía, cuando se genera un desacato procedemos en colaboración de los funcionarios de la secretaria de espacio público a retíralos e incautarles su mercancía, ahí es donde nuestra función se hace relevante porque muchos de ellos no están de acuerdo y se origina una situación violenta en contra de los funcionarios públicos y tenemos que intervenir para que no haya agresión alguna”.

La economía informal ocupa un sector muy amplio de la economía nacional y que se incrementará aún más si la situación económica del país continua decayendo y aumentando la famosa brecha entre pobres y ricos. Esto ocurre por la falta de empresas que le brinden un trabajo digno a las personas con discapacidades o de escasos recursos, que no pudieron educarse, también a las estudiadas por no poder tener un ingreso que les permita desarrollarse como personas y no los obligue a terminar parados en un semáforo aguantando las duras condiciones climáticas, especialmente la del medio día, ni en otro lugar haciendo tareas vergonzosas o inhumanas sin un soporte de salud, de vivienda y/o de alimento con el que puedan contar.

Como ellos no tienen que pagar impuestos ni muchas otras variables que incrementan el valor de los productos entran a competir de una manera desigual porque el valor de lo que venden los informales tiende a ser mucho menor que el de los formales, ocasionando el cierre de muchos negocios.


Esta economía es un factor muy importante al que el Estado y el Gobierno Nacional deberían prestarle muchísima atención ya que este es el reflejo de la inequidad de oportunidades, y que con el incremento de este se viene anunciando una gran crisis, donde hasta las grandes empresas se van a ver afectadas por este sector; que cada día viene cogiendo más fuerza.

CIPA #3: LITERATOS

+ GINA ARDILA JOVEL.
+GIRETH POLANIA ACOSTA.
+JAISON ANDRES CASTAÑO.
+STEPHANIA SANMIGUEL ALARCÓN.

2 comentarios:

  1. Este problema urbano que no solo afecta a nuestro depto si no al resto del país, nunca terminará pues, cada día el pobre se hará mas pobre, y la necesidad lo llevara honradamente a valerse de cualquier forma de vida; en este caso las ventas informales son la manera mas sencilla de ganarse la vida por sus propios medios.
    No podemos estar de acuerdo ni con el municipio, ni con los dueños de negocios que si pagan impuestos sobre las ventas , ni con los vendedores ambulantes, pues cada uno con sus diferentes argumentos tienen algo de razón , y sus justificaciones son muy respetable. att CIPAS CREATIVOS LEDESMA

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