Los trabajadores
informales comercializan en cualquier espacio público sin ajustarse a
la normatividad legal obligatoria de un
local o establecimiento debido a que la mayoría venden en la comodidad de puestos techados,
otros lo hacen simplemente al aire libre sentados al lado de una canasta o una
manta que muestre su mercancía. La tendencia entre lo que se vende y lo
que se compra, algún producto o servicio, es el uso de dinero totalmente en efectivo sin intervención de algún tipo de
factura o soporte de venta. De igual manera, en
este sector de la economía urbana las operaciones mercantiles son unipersonales
y emplean en función de sus necesidades la mano de obra no remunerada de sus
propios familiares.
En
Ibagué, la economía informal toma fuerza
por la acción comercial de una amplia población con un nivel académico modesto,
en la mayoría de los casos, pero con la
tenencia de un capital- no lo suficiente para constituir un negocio formal-, y
porque en la búsqueda constante de una oferta laboral legal se encuentran es con la falta de oportunidades de
contratación, y si las hay, la remuneración es precaria y el número de horas de
trabajo abundante. Por estos elementos causales deciden irse al espacio público
urbano a exhibir la prestación de un servicio, la oferta de un producto de alta
demanda o un producto de su propia elaboración, quedando listos para vender. Sin embargo, esta modalidad de trabajo no cumple
con los requerimientos mínimos del derecho del trabajador, como por ejemplo un
seguro social, fondo de pensiones, riesgos profesionales, cesantías; tampoco
pagan un arrendamiento, servicios públicos e impuestos.
Esta
distribución genera ingresos modestos a las familias y les permite enfrentar las
necesidades más urgentes del núcleo familiar, que en muchos casos dependen de
solo una entrada económica.
Para
mirar el impacto económico y político y la situación real, se tomó una muestra de diversos puntos
de vista sobre el trabajo informal en Ibagué entrevistando a las partes
involucradas en este tema, ubicadas en
la carrera 3ª entre calles 14 y 15. En primer lugar se entrevistó a un
trabajador informal, posteriormente a un comerciante formal que tiene su local
con los requisitos de ley, luego se entrevistó al comandante de la policía de
ese cuadrante para terminar con un funcionario de la secretaria de espacio
público. Estas entrevistas se hicieron con el ánimo de conocer el trabajo
informal desde todas sus perspectivas, para tener una idea más clara de este
fenómeno que ha ido creciendo en los últimos años en la ciudad.
El día
jueves 10 de octubre de 2013 siendo las 10.30am nos entrevistamos con Carlos
Vargas, trabajador informal de la calle 15 con carrera 3a. Ofrece al por menor navajas, correas, matamoscas,
pulseras entre otros artículos para el hogar. Lleva en este sector
aproximadamente 7 años mientras que en
el comercio informal lleva aproximadamente 37 años. Vargas se identifica como
un trabajador informal y no como un vendedor ambulante debido a que se
encuentra ubicado en un punto fijo y porta un carné llamado “confianza legítima”
expedido por la alcaldía en el año 2004 y
que lo certifica como trabajador informal en espera de reubicación,
dicho documento lo autoriza para vender su mercancía en las calles y no en las
carreras. Al preguntarle al señor si alguna vez había tenido un local comercial,
él respondió: “ya nos habían ubicado en la 19 con 3a, en
un centro comercial llamado “Invicto” pero tuvimos que salirnos porque ahí no
se vendía nada por tal motivo todos los vendedores tuvimos que salir de allí y
volver a las calles mientras venden ese centro comercial y compran un edificio
en una zona más céntrica (entre calle 12 y 15)”.
Carlos
Vargas ha educado y actualmente paga
estudios superiores para sus hijos con el esfuerzo y dedicación a esta
modalidad de trabajo; reconoce que sus
hijos le colaboran en las temporadas como diciembre o mitad de año, que en
promedio gana 20.000 pesos diarios,
aclarando que existen días de mayor venta como las quincenas y los primeros 5
días de cada mes.
Alrededor
de las 11:20 am, nos dirigimos al negocio “El bombazo” ubicado en la calle 15
con carrera 3a. En la
conversación con la propietaria, la
señora Esperanza Hernández, le preguntamos acerca del tema de los trabajadores
informales y qué opinión tiene acerca de ellos; la señora nos argumentó “los
trabajadores informales nos afectan, en cantidad porque nosotros tenemos que
pagar impuestos, muchas cosas que los vendedores de la calle no pagan:
arriendo, deudas, empleados, impuestos de IVA; entonces aprovechan esta
situación para dar los productos a menor precio, no sé cómo hacen para dar esos
precios si a nosotros no nos sale a ese valor, engañan a la gente diciéndole que
son productos de marca cuando en realidad no lo son, cambian las etiquetas de
la presentación”. La señora Esperanza indica que ante estos acontecimientos que
ocurren por los trabajadores informales se ha hablado con la Alcaldía y la Gobernación
pero a ellos “le ha quedado grande esta tarea, pero sí cumplidamente debemos
seguir pagando impuestos y demás obligaciones que nos competen”.
Entrevistamos
a uno de los funcionarios de la Secretaría de espacio público, que se
identifica con su carné y un chaleco azul oscuro; ellos son los encargados de
llevar a cabo los operativos de control del espacio público, le formulamos
varias preguntas, en las cuales nos aseguró el rol que ellos cumplen para cuidar
y proteger el espacio público. Nos dijo
que “hay un decreto en el que se estipula que los trabajadores informales no se
pueden ubicar en un punto fijo, ya que imposibilitan el paso de las personas y
que por ende su manera de trabajar debe ser circulando por este sector y estos
trabajadores solo pueden estar en un tiempo máximo de cinco minutos, cuando se
genera este desorden por el no cumplimiento de esta norma es donde nosotros
como encargados de velar por el espacio público les hacemos operativos
preventivos que son una advertencia para que cumplan estas normas, si al tercer
llamado hacen caso omiso a esto se les incauta la mercancía que en el momento
tengan en su poder y se les hace un acta de incautación y luego el director
decide si se le entrega al dueño, se dona a la fundación Divino Niño y
albergues o en caso tal se pierde dicha incautación”.
Finalizando
obtuvimos la entrevista del comandante de la policía del cuadrante de la
carrera 3ª entre la calle 10ª y 15 donde nos indica “que ya se tiene un mayor
control del sector peatonal de la zona céntrica de la ciudad de Ibagué, debido
a que desde el año pasado se hizo una recuperación del espacio público ya que
no se podía transitar por el exceso de los trabajadores informales o más
conocidos como vendedores ambulantes, se reubico a estas personas, indicándoles
que pueden trabajar en las calles detrás de la valla de la policía, cuando se
genera un desacato procedemos en colaboración de los funcionarios de la
secretaria de espacio público a retíralos e incautarles su mercancía, ahí es donde
nuestra función se hace relevante porque muchos de ellos no están de acuerdo y
se origina una situación violenta en contra de los funcionarios públicos y
tenemos que intervenir para que no haya agresión alguna”.
La
economía informal ocupa un sector muy amplio de la economía nacional y que se
incrementará aún más si la situación económica del país continua decayendo y
aumentando la famosa brecha entre pobres y ricos. Esto ocurre por la falta de
empresas que le brinden un trabajo digno a las personas con discapacidades o de
escasos recursos, que no pudieron educarse, también a las estudiadas por no
poder tener un ingreso que les permita desarrollarse como personas y no los
obligue a terminar parados en un semáforo aguantando las duras condiciones
climáticas, especialmente la del medio día, ni en otro lugar haciendo tareas
vergonzosas o inhumanas sin un soporte de salud, de vivienda y/o de alimento
con el que puedan contar.
Como
ellos no tienen que pagar impuestos ni muchas otras variables que incrementan
el valor de los productos entran a competir de una manera desigual porque el
valor de lo que venden los informales tiende a ser mucho menor que el de los
formales, ocasionando el cierre de muchos negocios.
Esta
economía es un factor muy importante al que el Estado y el Gobierno Nacional
deberían prestarle muchísima atención ya que este es el reflejo de la inequidad
de oportunidades, y que con el incremento de este se viene anunciando una gran
crisis, donde hasta las grandes empresas se van a ver afectadas por este
sector; que cada día viene cogiendo más fuerza.
CIPA #3: LITERATOS
+ GINA ARDILA JOVEL.
+GIRETH POLANIA ACOSTA.
+JAISON ANDRES CASTAÑO.
+STEPHANIA SANMIGUEL ALARCÓN.
Este problema urbano que no solo afecta a nuestro depto si no al resto del país, nunca terminará pues, cada día el pobre se hará mas pobre, y la necesidad lo llevara honradamente a valerse de cualquier forma de vida; en este caso las ventas informales son la manera mas sencilla de ganarse la vida por sus propios medios.
ResponderEliminarNo podemos estar de acuerdo ni con el municipio, ni con los dueños de negocios que si pagan impuestos sobre las ventas , ni con los vendedores ambulantes, pues cada uno con sus diferentes argumentos tienen algo de razón , y sus justificaciones son muy respetable. att CIPAS CREATIVOS LEDESMA
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